La lactancia materna ofrece innumerables beneficios para el desarrollo del bebé, y uno de los menos conocidos es su impacto positivo en la salud dental. Desde la formación de la estructura bucal hasta la prevención de problemas como la caries, la leche materna juega un papel clave en la salud oral del lactante.
Desarrollo de la estructura bucal
El acto de succionar del pecho requiere un esfuerzo diferente al de succionar un biberón. Este movimiento ayuda a desarrollar adecuadamente los músculos de la boca, maxilares y lengua, promoviendo una correcta alineación dental y reduciendo el riesgo de maloclusiones o problemas de mordida.
Prevención de caries
A diferencia de las fórmulas infantiles o los jugos, la leche materna contiene lactoferrina y otras sustancias antibacterianas que protegen los dientes en crecimiento. Además, ayuda a equilibrar el pH de la boca y a evitar la proliferación de bacterias que causan caries.
Menor riesgo de maloclusiones
Estudios han demostrado que los niños amamantados tienen menos probabilidades de desarrollar problemas como mordida abierta o sobremordida en comparación con aquellos que usan biberón de manera prolongada. La succión del pecho favorece un crecimiento armónico del paladar y la mandíbula.
Cuidados dentales en bebés amamantados
Aunque la leche materna tiene propiedades protectoras, es importante establecer buenos hábitos de higiene bucal desde el inicio:
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Limpiar las encías del bebé antes de que salgan los dientes.
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Cepillar los dientes en cuanto aparezcan con un cepillo de cerdas suaves y agua.
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Evitar el uso prolongado de chupón o biberón para prevenir alteraciones en la mordida.
La lactancia materna no solo nutre al bebé, sino que también juega un papel esencial en el desarrollo y la protección de su salud dental. Combinada con una adecuada higiene oral desde el nacimiento, la lactancia puede ayudar a reducir problemas dentales y favorecer una sonrisa saludable en el futuro.